Caso 2 – Amparo
Amparo tiene 24 años, trabaja como asistente en un estudio contable. Mientras sube en el ascensor chequea sus mensajes. ¡Gran noticia! Aprobó con 10, ya es contadora. Ese mismo día, el jefe confirma su ascenso. Ahora la espera un nuevo camino. Con aquel sueldo surgen muchas posibilidades. Podría mudarse, comprar un auto o viajar. Mira por la ventana del piso 29. Una sensación rara la recorre, su respiración se acorta, los latidos se aceleran, sus manos se humedecen. Amparo duda “¿podré cumplir con las expectativas de mi jefe?” “¿debería aceptar el ascenso?” Inhala, exhala y se calma.
“¿Cuál sería el departamento correcto?”, “¿si me equivoco y compro muebles que no entran?” piensa. Realiza infinitas encuestas. Parientes, amigos y vecinos responden acerca de: departamentos muebles y lavarropas. Amparo queda exhausta y confundida. Su madre la ayuda. Logra mudarse. Se siente sola. Pone pausa en la computadora, la serie se detiene. Va a buscar un vaso de jugo. Entra a la cocina, siente que se le mojan las pantuflas. Prende la luz. El piso lleno de agua: el lavarropas está rebalsando. Quiere gritar “mama ayudaaa”. Respira, se calma, desenchufa el lavarropas y busca un trapo. Se irrita, siente que es demasiado para ella, “¡qué difícil es hacerse cargo de TODO!” “¿Quién tendrá un instructivo?”, se pregunta. Una imagen la invade. Es su abuelo, que pasea por el parque, recitando su poema favorito: “caminante no hay camino…”
Este es un ejemplo de lo que en nuestro modelo denominamos 𝐄𝐬𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐌𝐚𝐥𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬 𝐝𝐞 Dependencia /Incompetencia y 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐌𝐨𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 Sumisión 𝐚𝐥 𝐄𝐬𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚.𝐄𝐬 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧𝐚 activación 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐄𝐬𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐭𝐢𝐯𝐨 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐫𝐨𝐩𝐨𝐫𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐚 𝐥𝐚 situación 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐧𝐜𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚.Es esperable que Amparo sienta cierta ansiedad y quizás necesite algo de ayuda ante un cambio en su vida. Sin embargo, su sensación de incompetencia para arreglárselas con su trabajo y tareas cotidianas la llevan a desconfiar de su propio juicio. Es por ello que acude permanentemente a otros en busca de guía suponiendo que sola no podrá afrontar nuevos desafíos.
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